jueves, 27 de diciembre de 2007

RUTA PEÑARROYAS


Desde Montalbán hasta el barrio de Peñarroyas (5,5 kilómetros) el trayecto puede realizarse por una carretera que discurre por la margen izquierda del río Martín contorneando la huerta baja.

En Peñarroyas muere la carretera. El pueblo, barrio pedáneo de Montalbán, es todo un ejemplo de la arquitectura popular. En dirección nordeste tras cruzar el pueblo, llegaremos a una bifurcación de calles, tomaremos la que remonta por la izquierda. El peirón de San Antón nos marca el límite del casco urbano. La calle se transforma en senda que asciende en dirección a las espectaculares Peñas Rodenas que se alzan en la margen izquierda del río Martín. Pronto la senda muere en un cuidadoso empedrado que da lugar a una bonita y ancha calzada , para ir ganando altura en la ascensión paralela a las capas o estratos rocosos de las areniscas que, numerados, nos dan idea de las diferentes fases de sedimentación que dieron lugar a las Peñas. Diferentes pies temáticos nos ayudarán a identificar los diferentes y espectaculares puntos de interés geológico que nos ofrecen estas Peñas.

En lo alto del Portillo (850 m.s.n.m.), un mirador anclado en una balconada rocosa sobre el río Martín nos ofrece una sorprendente vista del valle. Todo un espectáculo visual.

Desde el Portillo iniciaremos un suave descenso por una senda empedrada hasta otro mirador donde se recrean unas huellas de reptiles del Triásico, de hace más de 200 millones de años, hasta que lleguemos al mismo cauce del río Martín. A partir de este punto, hay que cruzar varias veces el río –por lo que se recomienda llevar calzado de repuesto en la mochila-, tanto para llegar hasta la cascada del barranco Tajar o Cañuelo como para continuar ruta por los cañones de las Peñas Royas que encauzan, aguas arriba, el río Martín, hasta que lleguemos a los pozos Bolletes en un remanso del río. Si el río baja crecido no es recomendable realizar esta parte del recorrido.

Desde los pozos Bolletes, tomaremos la senda de regreso a Peñarroyas pasando por unos grabados rupestres, testimonio de la actividad ritual de nuestros antepasados, y por el barrio de eras tradicionales con suelo empedrado con losas rodenas.

viernes, 26 de enero de 2007

DESCENSO RIO CABRA














RUTAS DESCENSO DEL RÍO CABRACatalogación: Descenso barranco, sólo ida.
Duración: 7 horas.
Dificultad: Alta. Recorrido por el cauce y encañonamientos del río Cabra. Existen pasos colgantes de cadenas en pozas y estrechos de gran dificultad. Ante la posibilidad de tormentas o crecidas del río es mejor posponer el descenso.
Frondosa vegetación en algunos tramos especialmente zarzales.
Interés paisajístico: Puntos de interés geológico, zona de interés natural de primer orden en el Parque Cultural. La riqueza faunística y de flora es considerable, detectando numerosas especies de aves en peligro de extinción. Como recomendación no debemos acercarnos más de lo prudente a ellas. No hay que molestarlas. Serán de utilidad unos buenos prismáticos.


ZONA I:

Accesibilidad: buena.
Duración: 1 hora. Sendero señalizado.

Comenzaremos el descenso del río Cabra en una senda que parte desde el Centro de Interpretación de flora del Parque Cultural del río Martín. Una mesa de interpretación, a unos 100 metros del Centro, siguiendo la senda e indicaciones, nos ofrece una serie de recomendaciones para realizar el descenso a la par que nos lo describe detalladamente: duración, accesibilidad, dificultades con las que nos vamos a encontrar en los diferentes tramos, fauna, flora...

Estos primeros contactos con el río, escoltado por orlas de chopos cabeceros, pequeñas huertas abandonadas en su mayoría y algunos nogales, no revisten dificultad alguna, siendo apropiado para cualquier senderista que al igual que el río, se lo tome con tranquilidad. Poco después de la mesa de interpretación, llegaremos a un viejo edificio en ruinas en la margen derecha del río cabra. Se trata de los restos de muro del molino bajo, construidos con sillarejo y mampostería a base de piedras calizas y areniscas rojas.

El sendero continua adentrándose en el río Cabra aguas debajo de la localidad, hasta que los primeros encañonamientos obligan a que el trazado discurra por la parte alta de éstos, y por la propia roca, desde donde se abren preciosos encuadres del cauce del río. Se han instalado unos barandados anclados en las rocas mediante sirgas de protección que ayudan al senderista a sortear estos primeros obstáculos naturales. Este primer tramo señalizado llega hasta unas cavidades naturales que se abren en el paredón rocoso de la margen izquierda del río y que se conocen como Cuevas del tío Mariano, A los pies una coqueta cascada. A partir de ahora el río Cabra comienza a encajonarse entre las calizas y dolomías jurasicas formando pozas y cascadas, a la par que los abruptos cortados impiden ya el trazado senderista, obligando al excursionista a adentrarse en el mismo cauce del río. Es el momento para los aficionados al barranquismo y quedarán alrededor de 6 horas de trayecto en permanente compañía del agua, la roca y las marañas de zarzales.

ZONA II: ZONA DE DESCENSO

Accesibilidad: Dificultad creciente
Duración: Nos encontramos a mitad de descenso aproximadamente,
dentro del término municipal de Obón.

En la zona encuadrada como II, la dificultad de descenso es creciente conforme vamos avanzando. Los estrechamientos del cauce son cada vez mayores y las paredes grisáceas de las calizas que lo encañonan hacen prácticamente imposible la salida. Obliga a descender por el cauce sin poder sortearlo por las orillas. Si el caudal del río baja crecido es probable que en este tramo haya que nadar en varias ocasiones. En época de estío, el agua queda embalsada, y aunque no se han detectado pozos profundos el nivel puede llegar hasta el cuerpo.

ZONA III: ZONA DE DESCENSO

Accesibilidad: Gran dificultad
Existen tramos donde se han articulado pasos colgantes de cadenas.

La zona marcada en el plano como III, es una de las más espectaculares paisajísticamente y de las que mayor dificultad entraña en el descenso. Se trata de estrechísimos pasos por el cauce, angostos cañones, enormes y abruptas paredes verticales que pueden tocarse con los brazos en cruz. Los pozos de agua, aún en época de estío, tienen varios metros de profundidad, pueden reconocerse por existir unas cadenas fijadas en la pared de los murallones y unos anclajes para colocar los pies, permitiendo pasar por ellas sin tener que sortear el río nadando.

Si el caudal bajase crecido, la dificultad podría ser extrema ante el peligro de que la fuerza del agua nos golpease contra las paredes que oprimen el paso del agua. En este caso sólo sería recomendable para expertos en descensos de barrancos y con un equipo adecuado –trajes de neopreno, cascos de protección, etc.-,

Tras superar un azud, realizada para embalsar las aguas del río cabra y canalizarlas por la margen derecha del río, mediante un conducto realizado en piedra anexo a la pared rocosa que lo encauza, se produce un ensanchamiento del cauce. Las terrazas abandonadas por éste son las utilizadas para conformar pequeños campos destinados a la agricultura. A esta zona es posible llegar con un vehículo por el camino señalizado que parte desde Obón. Asimismo existen diferentes construcciones agropecuarias tradicionales en la zona: parideras, masías y pequeñas casillas con techumbre realizadas con paja y barro. La mayor parte se encuentran en ruinas, pero que pueden ser utilizadas como refugio en caso de extrema necesidad. En este punto una línea de alta tensión cruza el cauce del río.

ZONA IV: ZONA DE DESCENSO

Accesibilidad: Gran dificultad.
Existen tramos donde se han articulado pasos de cadenas.

La zona IV, a escasos metros de la anterior, es quizá la más peligrosa de todo el descenso. El cauce del río vuelve a encañonarse oprimido por unas abruptas elevaciones rocosas y es mucho más largo que el paso o zona anterior. Se suceden varios pozos de agua cuya profundidad es variable y de varios metros, dependiendo del caudal. Se han colocado algunos tramos de cadenas como en la zona anterior. Angosto y estrecho el paso por el cauce, en lo alto se observa varias cuevas y buitreras.

Tras abandonar los estrechamientos, muy pronto se llega a una zona de huerta, la desembocadura del río Cabra en el Martín y Obón que se encarama en la solana sobre la margen izquierda del río Martín.

¿Cómo llegar?

Teruel-Montalbán (N-420), y Zaragoza-Montalbán (A-222) y desde Montalbán por la N-211 dirección Alcañiz, tomar el desvío por la carretera provincial TE-V-1334 a la altura de la localidad de Castel de Cabra.

RUTA DE CANTALOBOS


En el flanco norte del casco urbano de Montalbán nace una pista en buen estado que conduce a la zona de Cantalobos, interesante área de gran valor etnológico. Allí encontraremos una elevada densidad de construcciones realizadas con la técnica de la piedra seca. En su mayor parte son casillas utilizadas como vivienda por los pastores que acudían a la zona con sus rebaños. Los segadores también pasaban la dura temporada de la siega en estos parajes, junto con sus familias, utilizando estas casillas para alojarse. Podemos acercarnos en vehículo hasta el lugar, también con acceso desde la crta. A-222 (entre Montalbán y La Hoz de la Vieja) y realizar un paseo circular, sin dificultades, en unas dos horas.

RUTA DE LA MUELA




El itinerario parte desde las afueras de Montalbán, en el punto kilométrico 167,4 de la N-211, dirección Teruel, donde cogeremos el camino “viejo” de Utrillas, en dirección a la vega del río Martín y al macizo de la Muela que imponente se alza al sur de la localidad. A unos 400 metros de la carretera, en una bifurcación del camino, tomaremos la pista de la izquierda hasta llegar al río Martín, acompañados por las choperas que colonizan sus márgenes.

Poco después de cruzar el río, abandonaremos el camino de Utrillas por la izquierda para coger una senda de fortuna que en suave ascensión, atravesando campos, llegaremos al pinar de repoblación desembocando en una pista forestal, donde nace la senda que nos llevará hasta la fuente de Valdemiguel ya señalizada y en ascensión a lo alto del macizo de la Muela. También es posible ir en vehículo hasta este punto, siguiendo el camino de Utrillas desde el río y la pista forestal.

Desde la fuente de Valdemiguel ya en las faldas de la Muela, un sendero serpenteante, que recupera una vieja senda de herradura, asciende hasta un mirador con una mesa de interpretación sobre la geología de la zona, desde el cual se abre una preciosa vista del Valle y de la localidad. El sendero continua en ascenso por cortados rocosos que requieren extremar la precaución.

Sin abandonar la senda llegaremos a unos antiguos abrevaderos en la fuente de los Vaciones. Desde aquí siguiendo el llanear de la senda por el alto de la Muela llegaremos hasta una bifurcación de ésta, por un lado, en apenas 5 minutos, nos lleva hasta el Mirador de Montalbán, situado a una altitud de 1.210 m.s.n.m. y ayudados por una mesa de interpretación del paisaje otear e identificar montañas, pueblos y valles de la comarca. Por otro lado, y en otros 5 minutos, nos podemos acercar hasta la Cueva del Greñicas a 1.225 m.s.n.m. Desde estos privilegiados miradores, no será difícil observar el planear del buitre leonado y otras rapaces.

Desde la bifurcación de la senda, y en el alto de la ladera donde se localiza la fuente de los Vaciones encontraremos la antigua senda que recorre llaneando los altos de la Muela –en fase de señalización por el Parque Cultural del río Martín durante los años 2004-2005-, Por lo que a partir de la fuente, puede optarse por descender por la misma senda ya recuperada que hemos utilizado en la ascensión o continuar ruta por la Muela hasta los cantiles del Morrón Royo, donde adivinaremos una senda de descenso hasta la pista forestal que nos llevará de regreso a la fuente de Val de Miguel, y desde aquí retorno a Montalbán.